Dominicanos y bandas latinas - Parte II

Publicado en por Alcides Pimentel Paulino


El 2005, se cree que fue el año de máximo apogeo de las bandas, ya que sólo en Madrid, llegaron a haber hasta nueve "capítulos" de los Latin King.





 Años más tarde se redujeron a cuatro, y los Ñetas a tres. Una de las últimas bandas en hacer su aparición son Los Maras Salvatrucha (MS13 y M18), una banda integrada por inmigrantes salvadoreños, y que nació en Los Ángeles. Hoy el 70% de los pandilleros de El Salvador pertenecen a esta banda, que también se ha extendido por Honduras y Guatemala. Del mismo modo, los Ñetas han exportado el modelo a los países de origen de los integrantes, por eso las bandas tienen conexiones con Guayaquil o Quito, como señala el antropólogo Carles Freixa. Uno de los aspectos más visibles de estas bandas es el afán de notoriedad que persiguen sus integrantes, ya sea para salir del anonimato en la sociedad o para seducir a las chicas. No hace demasiado tiempo que el líder de los Latin Kings, Erick Velastegui (King Wolverine), acusado por robo y agresión sexual, aparecía en un "reality show" como "El Rey" en España de los Latin Kings. Poco después fue detenido, ya que estaba en busca y captura.     

 

En España, algunos miembros de estas organizaciones alegan tener que defenderse, por lo que sus miembros están armados. Pistolas, navajas, cuchillos, machetes, catanas, piedras, bates de béisbol, etc., forman el arsenal de estas organizaciones. Si a esto le añadimos que consumen drogas, se produce una mezcla de consecuencias imprevisibles. Aunque se trate de una excusa exagerada, algo de razón tienen. Recordar que en 1992, una fecha tristemente recordada por los dominicanos, fue asesinada Lucrecia Pérez, por un grupo de personas que decían ir a la caza de los inmigrantes, o de los negros si mal no recuerdo. Para muchos de estos jóvenes, como ocurrió en el caso de los Skinheads hace unos años, de trata también de una moda que tiene su base en la "cultura de la violencia" de hoy en día, pero camuflada tras ideales dudosos. El fenómeno de la violencia no sólo esta asociado a las clases marginales y a las tribus urbanas. En repetidas ocasiones se ha descubierto en Internet a jóvenes españoles, de clase alta y media, es decir, con buena educación, insultando y pegando a indigentes, disminuidos físicos y hasta a inmigrantes, sólo para divertirse. Hechos como estos, nos hacen preguntarnos, hacia donde va realmente la humanidad.     

 

Los colegios, institutos y universidad tienen exceso de conocimiento, sin embargo no existen materias para facilitar la convivencia y el respeto a los demás. Según un análisis realizado por National Geographic Society (NGS), titulado "El Estado del Mundo", la mayoría de los terrícolas vivimos en un mundo de felicidad, un paraíso en el que todo el mundo parece satisfecho con la vida que le ha tocado. La dura realidad es que vivimos en un mundo desequilibrado socio-económicamente hablando, con un incremento de la contaminación que pone en peligro nuestra propia existencia, mientras el crecimiento demográfico y la economía crean la ilusión de que no hay suficientes alimentos para todos. No quiero ponerme sentimental, pero así somos los humanos, felices cuando nuestro mundo se convulsiona, y cuyos resultados parecen imprevisibles.    

 

Si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que no estamos hablando de un fenómeno nuevo. Los orígenes del pandillo histórico podemos situarlo a principios del siglo XX. Los patrones se repiten: vestimenta provocadora, música políticamente incorrecta y cortes de pelo llamativos. Se trata de un fenómeno innato de las zonas urbanas, solo que entonces se les llamaba pandilla de "teenagers". Los patrones de conducta eran muy similares a las bandas de hoy en día; conducta tribal con tendencia a crear una subcultura urbana con un idioma propio.

 

El fenómeno de las pandillas comenzó a hacerse más evidente después de la Segunda Guerra Mundial, época en que aparecen los "Rockers", los "Mods" ingleses, los "Teddy boys", los "Rud boys", los "Rastafaris", los "Punks", los "Skinheads", los "Beatniks", y los hippies". Según estudiosos del fenómeno como G. Stanley Hall, se tiene constancia del pandillo desde 1870 en ciudades como Nueva York, en donde podemos encontrar a los "Dead rabbits", a "los Bowery boys", a "los Whyos", a las "Lady locuts" (solo chicas) y a los "Five Pointers", entre otros. En Londres, ya existía algo similar desde mediados del XIX, los llamados "Hoddies" que en ocasiones se confunden con los famosos "Hooligans". En la actualidad, en la capital inglesa podemos encontrar a los "Peckamboys", que son jóvenes negros, a los "Brick Lane Massive" hijos de indués, paquistaníes y bengalíes, o a los "Boombers", hijos de Turcos y kurdos. En Francia, para la misma época se podían encontrar a "Les Zazous", Aristos, Les Coeurs d'Acier, los vorticistas, los Neopaganos, los beatniks o Hippies, las Flappers (chicas) y Les Riffaudes. 

 

Una de las pandillas históricas más chocantes eran los alemanes "Swing Heini o Swing boys", que pueden ser definidos como alemanes anglofilazos, fascinados por la ropa chocante y el swing afro americano, en plena época nazi. Estos y los "Kittelsbach Pirates", se reunían para dar palizas a las Juventudes Hitlerianas. Otra de las pandillas más extrañas la encontramos en Los Angeles (California), los "Zoot suiters", que eran jóvenes méxico-americanos  que se rebelaban contra la cultura de sus padres. En esta ciudad también encontramos a "los Pachucos", muy conocidos en México. Las pandillas o bandas, son grupos de difícil controlar por parte de la policía, puesto que sus reglamentos internos prohíben que se filtre información fuera de la banda, pero también porque utilizan las nuevas tecnologías, Internet y mensajes electrónicos (SMS) para comunicarse.
La violencia les permite desahogarse, exteriorizar la rabia que llevan dentro, en una etapa de su vida en que están sobrecargados de hormonas. Se podría decir, incluso, que pelearse les produce placer. Solo en el año 2004 en El Salvador, 254 personas fueron asesinadas por la pandilla llamada "Mara", 162 en Honduras, 98 en Guatemala y 90 en México. Los integrantes que forman estas bandas no son angelitos, son individuos que en cualquier momento pueden convertirse en elementos peligrosos. Algunos de ellos afirman: " te sientes más hombre cuando tienes una pistola en la mano".   

 

No es ningún secreto que la sociedad española ha experimentado profundos cambios en un breve periodo de tiempo, cuando todos sabemos que la economía no se desarrolla al mismo tiempo que la mentalidad. Es por este motivo que a muchos españoles les cuesta aceptar el fenómeno migratorio actual. En España, la inmigración siempre ha sido uno de los temas más preocupantes de los últimos años. Aunque el gobierno intente regular la inmigración, aún existen en España cerca de un millón y medio de inmigrantes ilegales, y unos 4,5 legales, lo que representa el 10% de la población. Para muchos españoles, ya "hay demasiados inmigrantes". La inmigración actual no sólo genera crecimientos económicos y más afiliados  la seguridad social, sino también conflictos sociales como éste. Se podría decir, que desde este punto de vista se entiende que muchos españoles sean racistas. Algunos no han asimilado la transformación producida desde la muerte de Franco hasta convertirse en la octava potencia económica mundial, y en uno de los primeros en calidad de vida.
A muchos españoles les choca que las bandas latinas quieran adueñarse de espacios que ellos pagan con sus impuestos. Por eso, en Alcorcón, uno de los lemas más repetidos era: "Alcorcón es nuestro". Con hechos como estos, los latinos (bandas), también llamados despectivamente "sudacas", están logrando que se incremente el racismo y la xenofobia, algo similar a lo que ocurre con los musulmanes, que son llamados despectivamente "moros".    

 

El tema de las bandas latinas se sitúa en el "ojo del huracán" cuando se deslumbra en el horizonte una recesión económica, como bien sabe el Ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho. Si no se toman medidas a tiempo, podría pasar lo que ha ocurrido con los rumanos en Italia, cuando curiosamente Rumania pertenece a la Unión Europea. La percepción y la realidad no siempre coinciden, más que nada, porque la primera es subjetiva. En el país trasalpino, la ley tiene prevista la expulsión de los extranjeros indocumentados que delinquen. El gobierno y las autonomías comienzan a darse cuenta de la gravedad que puede adquirir el tema en un futuro próximo, si no se toman medidas lo antes posible. Siguiendo este criterio, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha una serie de iniciativas para legalizar y pacificar a estas bandas convirtiéndolas en organizaciones culturales. El gobierno les prestará ayuda y subvenciones vigiladas a cambio de reformar sus estatutos, principalmente en lo referente a la violencia, las cuotas y a la salida de la banda. Por norma general, los pandilleros abandonan el grupo cuando encuentras trabajo, novia estable o tienen hijos. En el antiguo reglamento LK "un Latin King sería siempre Latin King, a menos que se hagan cura o monja".

Es muy frecuente que estas bandas amenacen de muerte a los que intentan desertar. Los LK, por ejemplo, en su código interno, la Biblia Latín compuesta por 160 folios, tienen asumida la violencia como parte de la supervivencia. Al final, la rama  Catalana de los LK, se legalizó en el 2006, con el nombre de "Asociación Cultural de Reyes y Reinas Latinas de Catalunya". Mas tarde, los Ñetas siguieron los mismos pasos. En el resto de España, estas bandas continúan en la ilegalidad, aunque algunas ciudades estudian el ejemplo catalán.   

 

Sólo durante el 2005, las bandas latinas participaron en unos 65 hechos delictivos, y fueron detenidos unos 90 miembros. Iniciativas como la anterior tienen que ir acompañada de una modificación de la "ley del menor", ya que hasta ahora actuaba como escudo para ellas. En los Estados Unidos, el fenómeno ha descendido al aplicarles a estas bandas la "ley RICO". Otra medida sería conmutarles las condenas a los miembros por trabajos sociales, y también obligarles a aprender un oficio que les aleje de las calles y les reinserte en la sociedad. De hecho entre sus ritos de iniciación se cree que figuraban matar, dar palizas a otros individuos o violar. Hoy sabemos que, por lo menos en España, se trata de grupos de jóvenes y adolescentes que se reúnen para pasárselo bien, pero que también cometen pequeños delitos. Lo más peligroso que tienen estos grupos es la música, y más concretamente, la letra de sus canciones. En la aparición de estas bandas se mezclan la moda con los ideales, de modo que se hace muy difícil separar una cosa de la otra.

Algo parecido ocurrió durante la década de los noventa con los Skinheads o Neonazi. Muchos de ellos eran jóvenes de clase media y baja, que no veían ningún peligro en salir a dar paliza a pobres inmigrantes, hasta que aparecieron las otras bandas, compuestas en su mayoría por gente que no tiene nada que perder. En comparación con las bandas latinas, los Skinheads son más peligrosos porque están mejor organizados y se camuflan en la sociedad cuando no llevan su vestuario. Estos elementos participaron en el 2005, en 125 hechos delictivos y, 113 de sus miembros fueron arrestados.      

 

No quiero ser pesimista en este asunto, pero la dura realidad de los adolescentes de hoy, y sobretodo, de los hijos de inmigrantes habla por si sola. En la comunidad dominicana, por ejemplo, el fracaso escolar es alarmante. Uno de cada dos jóvenes inmigrantes repite curso en la ESO. Estos malos resultados se deben en parte a un nivel educativo más avanzado, pero también a un periodo de adaptación de los alumnos, que en algunos casos tienen que aprender una lengua nueva, como es el caso de Cataluña. El peligro es que este fracaso escolar prolongado puede provocar el riesgo de fractura social en el futuro. Aunque la Generalitat de Cataluña se empeñe en que los hijos de los inmigrantes escriban y hablen en Catalán, la realidad cotidiana es que muchos autóctonos utilizan la lengua como símbolo de diferenciación social. Para muchos inmigrantes, aprender el Castellano, es más importante que el Catalán, que no deja de ser un idioma regional. 

 

En Cataluña, el "Síndic de Greuges", Rafael Ribó, pidió que el 46% de los alumnos extranjeros de Primaria, y el 35% de Secundaria a que cambien de centro para acabar con los "guetos escolares", sea decir, colegios e institutos con un alto porcentaje de alumnos extranjeros. Algunos padres comienzan a ser reacios a apuntar a sus hijos en estos colegios, porque ralentizan el ritmo de clase, y por tanto el aprendizaje de sus hijos. En el barrio Fondo de Santa Coloma (Barcelona), el porcentaje de alumnos extranjeros es del 34,5%, algo normal, ya que los barremos en Cataluña se mueven entre el 17,7% y el 68,7%.

En el curso 2005-2006, según la Liga Española de Educación, los latinoamericanos representaban el 47,2% del alumnado extranjero. ¿Que pasara dentro de unos años cuando estos jóvenes tengan que ganarse la vida por su cuenta sin una formación? La mayoría se podrían convertir en futuros delincuentes para buscarse la vida, lo que podría degenerar hacia la delincuencia organizada. Recordar que vivimos en un mundo de apariencia y materialismo, en el que se busca la vida fácil –no coger lucha-. No se educa en la cultura del esfuerzo y del trabajo. Por este motivo para muchos de ellos, la educación no es importante como pasaporte para tener un futuro mejor. Para estos grupos, la violencia es fuerza y respeto, por lo que no dudan en exteriorizar una conducta provocadora. El grupo, les infunde poder y protección. 

 

La policía ha constatado, que las bandas latinas están contactando con las Mafias del Este, principalmente, con la albano-kosovar, quienes les están enseñando como tener acceso al dinero fácil y las armas de fuego, a través de los robos y el narcotráfico. Por suerte, a diferencia de la República Dominicana, donde cualquiera con dos pesos en el bolsillo tiene arma de fuego, en España están prohibidas. Para acceder a ellas hace falta dinero, pero también pasar un examen psicotécnico, que aunque no es perfecto, es un filtro muy selectivo.   

 

Si los padres, las autonomías y el gobierno no se toman el asunto en serio, la violencia de estas bandas podría aumentar, y con ello la xenofobia y el racismo que afecta a todos los inmigrantes pobres que intentan tener un futuro mejor para ellos y sus hijos.

 

Juntos, españoles y dominicanos tenemos que aunar esfuerzos para lograr que estos jóvenes dejen de ser una vergüenza para la comunidad, y se conviertan en un orgullo para todos.

Ejemplos como el de Junot Diaz con el Pulicer, no tienen por que ser la excepción, sino la norma.  

 

 

 Alcides Pimentel Paulino

 

Publicada en El Nuevo Diario Dominicano el  20/5/2008

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